Giannis Antetokounmpo contra Luka Doncic, poco más se puede pedir. Con Milwaukee como escenario, anoche se vieron las caras dos de los mejores jugadores de la NBA. El dos veces MVP lidera a unos Bucks que quieren por fin conseguir el ansiado anillo. El esloveno, jefe en Dallas, es uno de los que aspira a suceder al griego como el mejor jugador de la liga.

Con esos ingredientes, el partido necesitaba poca presentación. Aunque por lado de los de Texas había bastantes bajas –Josh Richardson, Dorian Finney-Smith, Jalen Brunson, Dwight Powell y Maxi Kleber a causa del protocolo de salud y seguridad por el coronavirus–, se esperaba un encuentro igualado y así fue salvo por el segundo cuarto, cuando los de Wisconsin llegaron a dominar por 14 puntos.

Superado tal bache, los chicos de Rick Carlisle se dieron la oportunidad de ganar hasta los minutos finales, y es que a falta de 2:39 vencían 103-105. Pero no contaban con la aparición estelar de Khris Middleton. El lugarteniente de Giannis convirtió dos triples consecutivos y anotó posteriormente dos tiros libres para lograr ocho puntos decisivos de su cuenta total de 25. Aun así los Mavs pudieron ganar, pero estando dos puntos abajo Trey Burke y Kristaps Porzingis erraron sendos triples para condenar a los suyos. Sí, el balón no llegó a Luka Doncic en el clutch, y eso que Dallas pudo pedir tiempo muerto tras hacerse con el rebote tras el lanzamiento de Burke.

“Es muy difícil pedir un tiempo muerto para después atacar una defensa como la de Milwaukee”, justificó Carlisle mientras Doncic, autor de 28 puntos, 9 rebotes y 13 asistencias, lo resumía todo en acertar o no con los tiros. “Es decisión del entrenador. Si hubiéramos convertido el tiro, todo habría salido bien”.

El jugador más valioso de la NBA de la temporada pasada estará en el edificio el martes por la noche cuando James Harden y los Houston Rockets hagan su visita anual a Milwaukee a las 7 p.m. enfrentamiento en el Fiserv Forum con los Bucks.

El MVP de este año también estará allí.

La estrella de Harden y los Bucks, Giannis Antetokounmpo, han pasado la mayor parte de la temporada como los principales candidatos a MVP, y uno de ellos seguramente se llevará a casa el honor. Hay mucho debate sobre cuál es más digno, pero con disculpas al delantero del Oklahoma City Thunder, Paul George, casi nadie inyectaría a otro candidato en la discusión. Simplemente no hay mucho que justificar.

El Journal Sentinel realizó recientemente una encuesta informal de 25 miembros de los medios de comunicación fuera de Milwaukee que cubren la NBA y estuvieron entre los 100 votantes de los premios de la liga de la temporada pasada. A cada uno se le pidió que le diera a su MVP 13 que eligieron a Antetokounmpo, 10 que votaron por Harden y dos que dijeron que la carrera estaba demasiado cerca para llamarla en este momento.

Giannis, 1 de 10 en tiros libres

Fue una noche extraña para Antetokounmpo. Sus números totales, 31 puntos y 9 rebotes, estuvieron a la altura de lo que se espera de él, pero éstos llegaron con un importante lunar: 1 de 10 en tiros libres. Quedará en anécdota, pero el griego se une a un poco deseado club de jugadores que firmaron un dato similar. Según ESPN Stats, Giannis es el cuarto jugador en las últimas 25 temporada con un 10% o menos en tiros libres lanzando al menos 10. Los otros tres integrantes son Andre Drummond (cuatro veces), Al Horford y Shaquille O’Neal (dos veces).

No está siendo una buena campaña para The Greek Freak desde la línea de personal. Tras firmar cinco campañas superando cómodamente el 70%, en la anterior se quedó en un 63,3% y en la actual ha ido incluso a peor con un 57,5%. Mike Budenholzer cree que todo se soluciona con trabajar más. “Solo tiene que seguir trabajando en la línea de tiros libres, continuar dedicando tiempo, aumentar su confianza y dar un paso adelante convirtiéndolos”. Más allá de ese dato, los Bucks son segundos del Este con 9-4.

Esa muestra, aunque interesante, no necesariamente indica cómo se desarrollará la votación real. La mayoría indicó que están muy en la cerca, solo se inclinan en una dirección particular y están dispuestos a ir hacia el otro lado en una consideración más profunda o nuevos desarrollos en los últimos ocho juegos de la temporada. Es posible que algunos no formen parte del bloque de votantes de este año, un grupo que aún no ha sido reunido por la NBA, debido a preferencias personales o cambio de trabajo.

Si bien el debate alcanza un punto álgido durante las últimas dos semanas de la temporada regular, Antetokounmpo se contenta con ignorar el ruido. No ha hablado del MVP ni ha hecho campaña públicamente por el premio.

«Definitivamente estoy tratando de evitarlo, no quiero pensar en eso», dijo Antetokounmpo. «Solo quiero hacer mi trabajo. Nos quedan ocho partidos. Tratar de mejorar, intentar mejorar y jugar al baloncesto a un nivel alto y todo se arreglará solo «.

Los Nets impresionaron en la pretemporada cuando fueron a jugar a Boston y, ya en partido oficial, demostraron que apuntan muy alto. En esa fase de amistosos de la 2020/21 se produjo el regreso de Kyrie Irving al TD Garden después de salir de allí en el verano de 2019 y no jugar en los partidos allí disputados por lesiones que hicieron sospechar a los que un día fueron sus aficionados.

Ritual de botafumeiro para espantar los malos espíritus al margen, la de Navidad era la vuelta real de Irving al pabellón -sin público por las restricciones del coronavirus- de los Celtics y sólo un día después de una victoria verde en el último segundo ante otro candidato de la Conferencia Este: los Bucks de Giannis Antetokounmpo.

Irving volvió en estas mágicas fiestas, pero en una disposición opuesta a la del chaval del anuncio de El Almendro. Lo hizo con ganas de hacer daño. Y lo consiguió. Su venganza se saldó con 37 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias, haciendo de todo y asestando un 7/10 en triples a unos Celtics que precisamente tuvieron un día aciago en esa faceta (8/27).

El conjunto dirigido por Steve Nash llegaba con buena sensaciones, habiendo abierto la temporada con una victoria contundente ante los Warriors. El presumible nivel de Golden State un año más es lo que dejaba con la duda a muchos sobre el ídem de los Nets, que está por descubrir con el pasar de las semanas pero que tiene pinta de ser más alto que el de la temporada pasada. Tener a Irving y Durant a pleno rendimiento es lo que conlleva. Y los Celtics, con buen sabor de boca tras su debut de campaña, se van muy descontentos tras medirse a ellos.

El partido se abrió teniendo antes un tiempo muerto que los primeros puntos. Se preveía que iba a haber lucha y así fue. Quizá demasiada. No violencia, que no hubo ninguna, pero sí intensidad. A los Celtics les terminó pasando mucha factura. Estaban frías las muñecas en los primeros compases: con seis tiros acertados por parte de cada equipo los Nets habían lanzado 15 y los Celtics ya estaban en 19. Porcentajes malos. También hubo una factura que pasar a este respecto. La salida de los jóvenes, Grant Williams, un combativo Ojeleye y el novato Payton Pritchard, le daba otro aire a los locales, que aguantaban el tipo. Tras el primer descanso de Tatum, subida de categoría y ventajas de tres o cuatro puntos para los verdes.

Con el paso de los minutos la cosa se fue calentando en el plano deportivo. Jaylen Brown ya había aparecido como motor en los dos lados de la cancha, faltaba ver algún pique de canastas. Irving y Tatum tuvieron un intercambio de triplazos que se llevó Tatum, dando la última réplica antes del descanso. Pero el invitado que faltaba se unió en el tercero para romper el partido definitivamente, y eso que los Celtics se habían ido al parón en ventaja (54-51): Kevin Durant asestó seis canastas en siete intentos, siendo dos de ellos de tres puntos, para desmarcarse de todo lo que estaban haciendo sus rivales.

Los de Stevens empezaban a tener problemas para anotar más allá de que Jaylen Brown sí tuviera el día y no podían contener el torrente de talento que venía desde Brooklyn con Kyrie Irving, su ex y el de los 37 puntos esta noche, a la cabeza. En la primera mitad las faltas jugaron un papel clave al mantener a raya a Theis y Thompson, en la segunda fue el punto definitivo que apartó a los Celtics de pelear la victoria con Brown y Smart siendo castigados. Los árbitros castigaron los contactos y fueron los locales los que se llevaron la peor parte. No pudieron parar a un Irving con ganas de hacer diabluras y de dar un puñetazo en el estómago de unos Celtics que no digirieron bien su marcha y que sufren ahora la incomparecencia de su sustituto (Kemba Walker, de baja por una lesión de rodilla). La diferencia terminó siendo de 28 puntos a favor de los Nets, nada descabellada, y se ponen con 2-0 y ya habiendo superado dos exámenes difíciles con matrícula de honor.

La pretemporada en la NBA no termina sirviendo mucho más que para la preparación de los equipos y que algún que otro jugador se gane un lugar. Sin embargo, esta pretemporada abreviada tuvo varios ojos puestos sobre Brooklyn Nets por dos asuntos: la aparición de un equipo nuevo como candidato con un entrenador sin experiencia, pero de un nombre enorme en la liga como Steve Nash, y el regreso a las canchas de un crack como Kevin Durant tras más de 550 días de ausencia.

En cuanto a Irving, se trató de su primer regreso al TD Garden desde que se marchó de los Celtics como agente libre a mediados de 2019, aunque esta vez faltó el publico para ver la reacción. Kyrie llamó la atención antes del partido al recorrer la pista con una especie de incienso quemándose, pero parece que ese mantra le dio resultado porque luego aportó 17 puntos, 7 rebotes, 2 robos y 5 asistencias con 3-6 en triples en 28 minutos.